La Madre Tierra es
una ser y como todo ser necesita que nos relacionemos con ella… Ella nos
sostiene, ella nos da la vida, ella nos da alimento, ella nos da el agua, y sin
embargo tenemos poco tiempo para dedicarnos a ella.
Ella está llamando,
ella está gritando “¿Dónde están mis hijas?”. Ella sabe y quiere despertar la
memoria que guardan las mujeres en su útero. En la sangre de las mujeres está
la memoria de toda la humanidad, y es gracias a esta sangre que existe la
continuidad de la vida humana en el planeta.
Vivimos en una
cultura en donde este elemento tan sagrado es despreciado, es ensuciado, es
maltratado… Queremos cambiar nuestro enfoque, cambiar el enfoque usando y
tomando para nosotros las enseñanzas de nuestros abuelos de la sabiduría
indígena… y que esta sociedad no consiguió ofendernos, que estas relaciones
humanas que existan en esta sociedad no consiguen cambiar el destino sagrado
que tiene la sangre de las mujeres, que hay que volver a este conocimiento, que
hay que volver a hacer una relación con la madre. Que somos principalmente agua
y que el agua tiene esta memoria.
Que necesitamos
volver a tomar el poder de nuestro tiempo en nuestras manos, y hacer una
relación con quien nos da la vida… para eso tenemos que tomarnos el tiempo,
porque en la sociedad en que vivimos este tiempo no existe.
Necesitamos las
mujeres volver a tomar la fuerza del conocernos, y de volver a tener las
visiones que son buenas para la vida de la mujer, para la vida de su familia,
para la vida de la comunidad.
La tarea de la
mujer en este tiempo es una tarea de volver a darle sentido a la energía que
pasa por ella durante todos los meses.
Los úteros de las
mujeres son un epicentro del movimiento de la energía del Universo, y esto lo
han sabido todos los pueblos antiguos, por eso las visionarias siempre fueron
las mujeres, por eso las mujeres en la antigüedad se tomaban los tiempos para
ir a un retiro a una reunión, a un espacio exclusivamente para las mujeres en
tiempos de menstruación.
Si nosotras las
mujeres de esta sociedad volvemos a tomarnos el sentido sagrado del movimiento
de nuestro cuerpo, de nuestro Ser, tenemos la posibilidad de organizar la vida,
construir nuestros sueños, construir así la Intención, el Intento, pero para
eso tenemos que conocernos. Y por eso estamos proponiendo llevar un diario de
los cambios constantes que hay en el estado de ánimo, en el estado físico, en
los sueños, en las manifestaciones del espíritu de las mujeres, porque es en el
registro donde tenemos la posibilidad de mirar las coincidencias a través de
los tiempos.
Las mujeres debemos
volver a recuperar nuestro pensamiento intuitivo. Ese pensamiento que se da en
sentimiento, en imagen, en sonido, en aroma, ese pensamiento que se da en
símbolo, y para eso tenemos que creérnosla. Porque es un pensamiento global que
lo cubre todo y que no tiene palabras...
Tenemos un
conocimiento silencioso esperando ser recuperado, un conocimiento que tiene
mucha herencia, que tiene la posibilidad de caminar entre las distintas
dimensiones de la realidad, que mucha gente llama sueños, que mucha gente llama
visiones, pero que es parte de la realidad. La realidad en verdad es como una
capita de cebolla que va como los meses de las lunas de las mujeres que son
concéntricos. Volver a tomar esto en nuestras manos y darle tiempo es volver a
tener una relación con la Madre Tierra...
Señalar como
urgente que es importante que las mujeres no sigamos botando nuestra sangre
junto con la basura, que no seamos fuente de contaminación, porque tenemos la
posibilidad de consagrarla a través del agua para que vaya a nuestras plantas,
tenemos la posibilidad de tomarnos nuestros tiempos y hacer nuestros descansos,
nuestros retiros, para poder estar tranquilas de recibir esta energía, así
tener la visión, tener el entendimiento, y también tener la posibilidad de la
purificación de la energía propia, de la energía de la pareja, de la energía
del hogar, y tenemos la posibilidad de hablar con nuestra madre tierra y
rezarle para construir la armonía, para construir la paz.
Esta es la tarea
que tienen las mujeres, este es el tiempo en el que estas tareas empiezan a
emerger…
Autora: Andrea Herrera Atekokolli.
Andrea Herrera
Atekokolli, hermosa mujer joven y abuela que con su carácter fuerte y amoroso
nos enseña la relación con la sangre femenina tanto a hombres como a mujeres.
Líder espiritual y mujer medicina que se ha encargado de rescatar, estudiar y
difundir la relación de la sangre de la mujer con la madre tierra y del poder
guardado en los úteros. Custodia del templo de luna LikanRay del Ilaló en
Ecuador.
“Durante miles de
años nuestra familia ha cuidado de las ceremonias ancestrales que han sido la
fuente del conocimiento, la cosmovisión, la salud y la limpieza de nuestro
pueblo. Este nuevo tiempo en que la humanidad camina hacia la apertura de la
conciencia, ha permitido que los saberes ancestrales amerindios, antes ocultos,
hoy estén disponibles para todo aquel que quiera acercarse y conocer”.
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