Puede sonar extraño
para algunas que el útero deba limpiarse energéticamente, quizás para algunas
limpiarlo significa asumir que está sucio o impuro. Sin embargo ni por sucio ni
por impuro, simplemente porque el útero es muy importante de resignificar e incorporar
a la psique de la mujer, pues por mucho tiempo nuestro útero quedó relegado al
mundo del sufrimiento y el dolor y limpiar significa dejar espacio, liberar,
soltar.
¿Es el útero algo
más que un órgano? Pues sí, el útero es nuestra matriz sagrada y en él habita
un enorme potencial energético. Es nuestro cuenco donde nace la vida y el
placer, es un reflejo de nuestro corazón femenino. El útero no es sólo un lugar
donde nuestros bebes crecen, es este órgano el que recibe nuestras emociones a
lo largo de toda nuestra vida de mujer.
En nuestro caso
como mujeres, nuestro centro de sensaciones existe justo allí en nuestro bajo
vientre, todas desplazamos muchas cosas hacia este espacio y es por esto que en
éste centro se generan una serie de problemas que si no logramos sentir y
liberar, la energía se estanca. Si pensamos que es el espacio de lo femenino,
pues aquí es donde más hacen su aparición los problemas en la mujer. Los
problemas pueden ser generados por temas específicos como una vida insatisfecha
o llena de dificultades, preocupaciones en el trabajo o con la pareja, vida
sexual insatisfecha, etc. Que muchas veces terminan en síntomas, desde dolor
hasta quistes, miomas, o desorden hormonal.
El útero por
excelencia recibe, pero también tiene la capacidad de entregar, liberar y
soltar, de hecho todo en la naturaleza tiene la capacidad de contraerse y
relajarse, de recibir y de entregar, es así la armonía que nos rodea. Sin
embargo a la mujer no se le educó sobre el poder que tiene su útero, sobre todo
se censuró la capacidad de soltar, se nos inculcó miedo al liberar y relajar,
los úteros se enfriaron y dejaron de vibrar, palpitar y moverse, dejaron las
mujeres de abrir sus vaginas para permitir el paso de sus bebes, de hecho la
menstruación “que liberamos mes a mes” fue interrumpida con pastillas,
tampones, toallas que absorben la sangre. En síntesis el arte de “liberar” se
maltrató, incluso las mujeres “libres” que bailaban en torno a una fogata o
movían su pelvis libremente las apuntaron con el dedo, y a otras las quemaron
por esta libertad, por este acto de soltar. Las mujeres fuertes y valerosas
parecían ser las mujeres que aguantaban. Y a las mujeres con capacidad de
decidir se las trató de desobedientes.
Me gusta sentir la
energía que me rodea, sin embargo cuando comencé a entender la energía del
útero, no sólo mi propio útero, sino al ver a las mujeres antes y después de un
trabajo energético en su vientre, doy por confirmado que el trabajo energético
en los úteros sana y te hace ahorrar años de terapia.
Con el tiempo
comprendí que el útero capta la energía psíquica. La energía psíquica es la
energía de los procesos de la vida, Jung expresa este término y hacía
referencia a que la energía psíquica circula por la psique. La psique, del
griego ψυχή, psyché, «al alma humana», es un concepto procedente de la
cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un
individuo. La energía psíquica entendida como la energía de los procesos de la
vida se puede transmitir en el útero de la madre.
En el útero de la
mujer crece la vida de hombres y mujeres, como madre que soy entendí en cuerpo
y alma que lo que se vive durante la etapa gestacional; se siente, se entiende,
se incorpora, se sueña, se anhela, nuestro bebe también lo siente, es innegable
la comunicación madre hij@ que se dá en la etapa gestacional, por lo que la
psique femenina (es decir nuestra alma femenina) habita en nuestro útero,
quizás no por nada Freud y sus colegas llegaron a la síntesis de que si la
mujer libera la energía psíquica estancada o bloqueada en su útero sanará su
mente y por qué no, su comportamiento ante la vida.
¿Y qué me dicen de
la histeria? La histeria femenina, también conocida como paroxismo histérico,
era una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados del
siglo XIX. En la era victoriana fue el diagnóstico habitual de un amplio
abanico de síntomas, que incluían desfallecimientos, insomnio, retención de
fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada,
irritabilidad, fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito y «tendencia a
causar problemas»
Las pacientes
diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento conocido
como «masaje pélvico», estimulación manual de los genitales de la mujer por el
doctor hasta llegar al orgasmo que, en el contexto de la época, se denominaba
«paroxismo histérico», al considerar el deseo sexual reprimido de las mujeres
una enfermedad. Otra forma habitual de tratarla era el lavaje vaginal.
Gracias a esta
enfermedad, Sigmund Freud empezó a entender que había algo más que la
conciencia, es decir, comenzó a descubrir la existencia del inconsciente. Es
así como al entrar en las vaginas y úteros de las mujeres Freud terminó por
afirmar que lo que se conocía como histeria femenina era provocado por un hecho
traumático que había sido reprimido en el inconsciente. ¿Podríamos decir
entonces que el inconsciente se hospeda en el útero?, quizás si Freud leyera
esto me hace un lavado vaginal de inmediato por desordenada y desobediente, sin
embargo creo que sí, que en nuestros úteros habita memoria, información y
energía en estado inconsciente y que liberando esta memoria podremos acceder a
la sanación de la energía femenina, individual y colectivamente.
Germanine Greer
(académica, escritora, y locutora australiana reconocida por ser una de las
representantes feministas más importantes del siglo XX ) ha observado que
algunos médicos creen que “…est femineo generis pars una uterus omnium
morborum”, “el útero participa en todas las enfermedades de las mujeres”. Y de
ahí que antiguamente realizaban la HISTEROSTOMÍA a las mujeres que padecían de
HISTERIA o tenían problemas psicológicos, depresiones, angustias. Al parecer
sacando el útero la mujer sanaba mental y emocionalmente. Sin embargo la propuesta
de éste presente es escuchar al útero y dejar que se exprese, liberarlo, pero
no de tu cuerpo, más bien encarnar nuevamente el útero a tu cuerpo y sanar
desde adentro.
He estudiado e
investigado de manera personal que El útero adquiere y recoge memorias por
medio de 4 energías:
– A través del
linaje femenino: La información se pasa de útero a útero, por la unidad dual
madre-hij@. Cada hija trae consigo a su madre, y a todas las madres que
existieron antes que ella. Podemos registrar en la etapa gestacional las
impresiones y sentimientos de nuestra madre, podemos también reconocernos entre
las mujeres de nuestro linaje femenino y encontrar muchas cosas en común,
incluso sueños y deseos, hábitos y carácter, pero sobre todo esto de recibir
energía de nuestro linaje se da pues nacimos del útero de una mujer, de su
copa, de su matriz, del lugar donde ella dirige sus emociones, pero donde
también sofoca su sentir, por ende crecer en el vientre de nuestra madre nos
conduce necesariamente a entender y sentir a nuestra línea materna y en algún
momento empatizar, aprender y por qué no, sanar junto a ellas.
– Por medio de la
impregnación energética: que es cuando intercambiamos fluidos como: semen,
fluido vaginal. Y de esta manera se activa el detector de las variaciones
físicas o químicas que provienen del interior del individuo con el que
compartimos nuestros fluidos. Cuando intercambiamos fluidos no solo estamos
asimilando la información química, que nos entrega este intercambio, también
estamos obteniendo el psiquismo celular de nuestras parejas. Y en la virtud mal
aspectada de muchas mujeres que tendemos a retener, es que retenemos ese
psiquismo celular de la pareja con la que estuvimos sexualmente en nuestro
útero. Yogi Bhajan explicó cómo las experiencias sexuales son impresas en
nuestra aura, y en nuestra mente subconsciente. Cada uno se impregna con una
intensidad diferente. Las mujeres son muy sensitivas y recibidoras de la
cualidad penetrante del hombre.
Cuando un hombre
penetra una mujer, el aura de esta mujer quedará impresa durante 7 años en un
orden decreciente a medida que se aleja de la fecha de la penetración. Si te
preguntas ¿En qué te influye tener impresa la penetración de una pareja en tu
aura? Sigue leyendo.
La impregnación
funciona así: Recibimos, retenemos, acumulamos información de nuestras parejas
sexuales y la sostenemos en nuestro útero, esto ocurre en cada encuentro
sexual, cobijando esa frecuencia en la que transitó nuestro acompañante sexual.
En cada encuentro cuando el semen entra o cuando hay un beso e intercambiamos
saliva, estamos compartiendo material genético, información, energía que en
oriente bien se comprende que estos fluidos son la VIDA, en ellos hay mucha
información. No por nada para saber cómo está tu cuerpo se hacen exámenes a estos
fluidos, sea sangre, saliva, flujo vaginal, semen.
De manera que si
vemos al útero como bien dilucidaron los médicos de la antigüedad como una
llave para la comprensión de la psiquis femenina, encontramos entonces que el
útero tiene una vibración y frecuencia tan alta que retiene y recoge
información tal como nuestro cerebro. Lo que viene a hacer notar que lo que aún
retenemos en el útero sea nuestro o no, pasa directamente a afectar nuestro
pensar y actuar… de esto que las hormonas se polarizan, segregamos más
testosterona que estrógeno y progesterona, nos masculinizamos, no sabemos la
dirección a tomar, surge mucha duda, nos sentimos incomprendidas, perdidas en
algunos casos y tantas cosas más que muchas no llegamos a entender por qué
entramos en eso y consultamos cientos de terapeutas, y psicólogos para que nos
sirvan de brújula para encontrarnos…y la brújula siempre existió, sólo que está
tapada, por energías que no son nuestras o que hemos ido sofocando y que están
demás en nuestro interior, en nuestro espacio psíquico uterino, esta
comprensión nos lleva a descubrir por qué nos hemos alejado cada vez más de
nosotras mismas, de nuestra esencia innata de sanación y dirección, de nuestra
esencia femenina de la fidelidad a nuestra alma.
– Por medio de la Emisión de energía:La cual necesita
proximidad y tiempo; por ejemplo les ha pasado que cuándo se juntan con su
amigas tres o cuatro días (sino menos) en un mismo espacio, ¿comienzan a
menstruar todas juntas? Pues eso se da por la emisión uterina por proximidad
entre mujeres y asiduidad. Es decir este psiquismo femenino surge por la
proximidad de vibración entre una y otra mujer. De ahí que en los círculos de
mujeres se libera en todas la hormona oxitocina que es activada por proximidad
y está demostrado que la oxitocina mejora la capacidad de la mujeres (hombres
también) de confiar en otras personas, promover la actividad social, superar el
temor a la traición y crear un círculo de confianza y afecto. La cual SANA la
ruptura de la hermandad femenina, comenzamos a confiar en la otra mujer, sea
conocida o desconocida, pues empezamos a emanar, a recordar el origen es decir
LA UNIÓN.
De la misma manera
que el dormir con un acompañante, pareja, esposo que está constantemente,
enojado, con rabias, mal humorado, etc. (emociones por las que todos pasamos)
pues por emisión nosotras lo sentiremos y no sólo eso, si no que posiblemente
entremos en esa misma frecuencia de energía.
– También tenemos
los introyectos: Un introyecto es una idea, una creencia que se absorbió en
determinado momento de la vida, usualmente la infancia. Esta idea tal vez ya no
responde a la situación y necesidades presentes, pero sigue vigente. Usualmente
un introyecto toma forma en una oración con la palabra debes, o deberías. Por
ejemplo si durante tu infancia te decían que “debes ser una mujer fuerte y
mantenerte al pie del cañón”, “que una mujer fuerte es la que lucha”, o que
“debieran las mujeres ser obedientes, ser buenas niñas” etc. pues si estás hoy
en tu vida adulta y has pasado por un momento difícil y no puedes manifestar tu
debilidad, no te permites llorar o sentir incluso confiar, o delegar, te
aseguro que si buscasen tus introyectos de mujer, encontrarían frases como las
descritas arriba, creencias que posiblemente sea tiempo de soltarlas para
incorporar creencias que se adapten a tu presente y te fortalezcan y empoderen
como persona, como mujer sagrada. Ahora bien ¿Significa esto que un introyecto
es malo? No, sólo que puede no responder a la necesidad que tiene tu alma en el
presente y puedes sentir frustración, miedo, inseguridad, disconformidad y
muchas veces sin saber la causa conscientemente, incluso algunos síntomas se
presentan por introyectos como por ejemplo “ando enferma, pues ando con mi
regla”, “pronto me voy a indisponer”, “ para que voy a ir a esa reunión si será
lo mismo de siempre, me dejarán en lista de espera”, “para que tratar de quedar
embarazada si ya llevo 10 intentos y no pasa nada, mi útero no me funciona”
etc, una larga lista de creencias que se anidaron en nuestra mente femenina,
por ende en el útero.
Es importante
agregar lo que Ana Silvia Serrano nos explica sobre la energía que anida en el
inconsciente femenino “Y para qué decir de la energía que aún anida en el
inconsciente femenino a nivel colectivo y que muchas pasamos por alto, las
historias de sufrimiento, humillación, dolor que hemos grabado en nuestros
cuerpos, en nuestro inconsciente. Historias que han quedado reprimidas y
bloqueadas a nivel individual y por ende colectivo. Por ello, es inminente atender
las historias de vida que no hemos logrado cambiar y repetimos una y otra vez,
año tras año, siglo tras siglo, vida tras vida”.
Como pueden ver el
útero es más que un órgano encargado de acunar bebes, pues en él reside una
energía que fue digna de investigar por muchos hombres y que hasta hoy sólo
conocen las mujeres que han despertado a esta sensibilidad uterina y logran
pues moverse en el mundo recibiendo información de sus sentidos del vientre
donde está la llave a su psiquis.
Está en nuestras
manos el don de sanar nuestro útero, resignificarlo y permitir que entre en
nosotras la energía femenina-comprensiva, compasiva, incluyente, sanadora,
sabia y creadora. Los pensamientos en positivo sobre nuestro útero, cuidarlo
sobre todo escucharlo nos lleva directo a la llave que nos dirige al ALMA
FEMENINA, a la sanación personal y colectiva de esta alma integradora y
amorosa.
Siente tu útero
como una copa, una copa en la que entra información, y que tú eres la encargada
de alquimizar la información, entregando tu sangre menstrual a la tierra,
permitiendo con éste acto psicomágico que tu linaje se libere de ataduras
establecidas, generación tras generación y así también honrar al hombre que
visitó este espacio sagrado… convocando que tu útero sea prístino y vivas solo
tú en él, y ya no más en función de otro. “Al sanar nuestros cuerpos físicos,
sanamos nuestras mentes y pensamientos de falsas creencias, los liberamos de
ese desequilibrio para tocar nuestra más profunda esencia que sólo alcanzamos a
través de las emociones, del sentir. De ésta manera, dejaremos de
“responsabilizar al otro” para empezar a crear nuestras vidas en esa interna y
verdadera realidad que es el equilibrio mismo entre nuestro pensar y nuestro
sentir.” Ana Silvia Serrano.
Es tu turno de elevar
tu energía, es tu turno de vivir en la diosa. Es tu turno de vivir en la
humildad de reconocernos mujeres empoderadas, no porque seamos más que los
hombres, ni más que la hermana que está al lado, esto es por ti y por todas tus
compañeras, es por las futuras generaciones de hombres y mujeres, es también
por tu presente.
Fuente:
Sanahí. (María José M.Valdivia). Creadora y Directora de Aflora Mujer Chile
Sanahí. (María José M.Valdivia). Creadora y Directora de Aflora Mujer Chile
Bendiciones del Útero,
Sylvia
Sylvia